Podría hablar de tus ojos y su misterio durante todo el día.

Como podría hacerlo de tu sonrisa y lo que ella despierta en mí.

Pero en realidad solo son dos pequeños detalles de algo más grande.

De lo que realmente me gusta.

Tú.

Lo cierto es que afirmo conocerte, pero eso es poco más que un sueño que cambia maravillosamente a diario cuando aprendo algo nuevo de ti.

Una nueva expresión de tu rostro frunciendo los labios cuando simplemente te quedas callada pensando o una nueva carcajada por algo que en el fondo  solo tú puedes entender.

Podría pasarme el día simplemente observando esas pequeñas cosas y sería feliz.

Simplemente no puedo definir todo lo que eres para mí.

Decirte que me gustas o que te quiero se queda corto… 

Es algo más.

Como cuando te giras de pronto para atraparme mirándote y logras que me recorra un escalofrió de felicidad cuando me sonríes  y me preguntas qué ocurre.

O esa extraña sensación al estar contigo, en la que siento que juntos vamos a emprender un viaje.

El destino del mismo es desconocido y es probable que esté lleno de altibajos o sea algo complicado como todo en esta vida.

Pero por algún motivo, sé que valdrá la pena por el simple hecho llegar al final contigo.

Puede que no seas perfecta. Puede que nunca llegue a saber todo de ti o nos entendamos a la perfección.

Pero tú eres tú.

Y lo digo una vez más:

 Eso es lo que me gusta.