No tener a nadie que crea en ti.
O tener a alguien que crea tanto en ti que su amor… Que su
amor pueda quemarte por completo.
Compartiendo sus fuerzas y sus sonrisas contigo.
Sin reservas, sin miedos, sin dudas…
Como si fuerais la misma persona.
Alguien que sabe que puedes dar más de lo que tú crees que
puedes.
Aquella persona en cuyos ojos puedes ver reflejado el brillo
que te rodea aunque tú en un espejo solo veas sombras.
Puede que también me pregunte cómo sería si esa persona, no
te diera solo amor…
Sí también, pudiera regalarte algo más extraño…
Intensidad.
Esa extraña intensidad que arroja una nueva luz en tu mundo
y en tus sentimientos. Eso que necesitas
para poder crear, decidir o afrontar el mundo de otra manera...
Una forma de sentir, de vivir e incluso de sentir el mundo
que nunca podrías alcanzar solo.
Me preguntó si así alcanzaría todos esos lugares que solo
existen en lo más profundo de mis sueños. Sí lograría cumplir esos objetivos
que ahora parecen burlarse de mí mientras logran permanecer siempre un milímetro
más lejos de lo que yo puedo alcanzar…
O si terminaría convertido en cenizas.
Seguir sin estar a la altura a pesar de todo y arder en el
intenso fuego que debería calentarme.
Destruido por mi propia incapacidad de procesar la energía
extra que me diese persona. De no ser más que aquel que aquel que mis ojos ven
reflejado en el espejo sin ninguna…
Quizás algún día conozca las respuestas.
Y afronte el duro reto que supone verse a través de los ojos
de otro y obtener todo lo que ello conlleva.
Puede que algún día lo sepa…
Por ahora solo puedo soñar esas respuestas.
Amándolas y temiéndolas por igual.